Letter from M. Barnet to H. W. Henze, June 4, 1971

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Junio 4 1971 Querido Hans;

¿Cómo empezar una carta para ti? ¿Qué decirte que quepa en
estas simples hojas para que tú pueda s‡ ‡ entender cuáles son mis sentí-
mientos hacia la vida, hacia los amigos, hacia los camaradas como tú?
Realmente esta carta h‡ h‡e intentado comenzarla varias veces sin e‡ exito[sic]‡ al-
guno. Aunque te parezca ridículo, hasta Debussy ha tenido que ver en todo.*

He puesto los preludios, me he sentado a la máquina y he comenzado, luego
ha resultado un tono cursi, melodramático, en fin… la he roto mil veces.
Hasta hoy. Ya no puedo esperar más. Te escribo como quiera que salga, con
toda libertad, con toda soltura, diciendo lo que verdaderamente pienso con
relación a nuestras problemáticas, que no son tan difere‡ntes, porque ambos
estamos por lo mis‡mo, no solo en el terreno político sino en el del arte.

Además este impulso realmente se debe en parte a que en estos días escribí
tres poemas * que mis amigos más íntimos consideran mucho porque son muy
básicos dentro de mi obra, ya que no solo reflejan estados de animo[sic]‡ si no[sic]‡
también conceptos. Derriban pequeños muros de piedra dentro de los cuales displaced
hemos vivid‡o por años y que ya resul‡tan inoperantes, como esos viejos
castillos-fortalezas que se usan hoy para bibliotecas o muse‡os. Así son
muchos de nuestros muros represivos, muros que nos hemos forjado nosotros
mismos y que solo nosotros debemos derribar. En fin, que cuando han pa‡sa-
do casi tres meses y uno no ha escrito nada*, ni siquiera ha podido concen-
trarse en la lectura y luego un día salen como del sombrero de un mago tres
poemas, hay algo que le dice a uno desde muy adentre que nada puede derro-
tarlo,que el hombre es más fuerte y resistente de lo que muchos se imaginan.

Por eso te escribo, Hans, porque en realidad me siento bastante mejor, creo
que con la ayuda de mis amigos, de mi intensa reflexión y de mi trabajo he
salido de una crisis de silencio y amargura que nunca antes había experimen-
tado de manera tan violenta. Leer revive. Escuchar música remueva[sic]‡ el espí-
ritu. Y esa música maravillosa de Mozart que tú me has enviado es lo que
más te agradezco. Especialmente No. 29. Hace días que no hago‡ nada más que[sic]‡
escuchar los discos, todos, y el de Mina fabulosa, delirante, salida de una
caverna sicodélica, gracias Faustino, cómo conoces mis puntos débiles que
sel‡eccionaste ese disco estupendo.* Así es. La vida es un río tempuestuoso[sic]‡,
a-‡rrasador, pero dejémonos llevar, no querramos[sic]‡ siempre ir contra la corrien-
te, que eso es lo que más daño nos puede h‡acer en ciertos momentos. La co-
rriente cristalina, depuradora, sana de los grandes procesos transformadores,
de la Revolución. Tú sabes que yo no soy un pesimista pero tampo‡co un ilusio-
nado. Creo que mi equilibrio me salva de muchas cosas. Y en estos momentos
de cambio, es muy necesario el análisis profundo, pesar, balancear las co-
sas y luego tomar una decisión. La lección que he recibido de los últimos
acontecimientos es grande y definitiva. El hombre se me ha‡ mostrado más comple-
jo, más primitivo, sensoria‡l, suceptible[sic]‡ al máximo, ambiguo, en fin más rico.
Nunca sospeché que hu‡biera que darle‡ tanto margen a las gentes. Quizá por
ingenuidad mía creí demasiado en ciertas posiciones, en ciertas actitudes,
o mejor creí en su parte más sobresaliente, desconociendo el verdadero fondo.
Ahora va a ser distinto. El hombre no es un claroscuro. Es mucho más.

(2)
Y en ocasiones lo que no expresa, lo que está más oculto es lo predominante.

Eso lo digo por los últimos ejemplos.*

Todo esto es arduo y dific il[sic]‡ y re‡quiere de uno una gran voluntad y un‡a
gran confianza revolucionaria, una gran firmeza de carácter y mucha base
filosófica. ,¡[sic]‡ ‡ Pero qué importante es un artista en un proceso revolucionario.!‡
Siento que todo lo que escribo es inevi table[sic]‡ ‡, como una función fisiólógica[sic]‡.
In-‡ ‡ evitable y orgánico. Vivimos históricamente. Parece que los pueblos
más jovenes[sic]‡, los que no tenemos una historia milenaria ni mucho menos,‡ somos
los más históricos, los más vivos. Al menos yo me siento en medio de una
verdadera conmoc‡ión social, con lados buenos y lados malos, con altas y
bajas pero realmente‡ convulsionante, a real turmoil. C‡ada día es un día
de estudio práctico‡ de la filosofía, un ensayo de la vida verdadera, la
que se vive arriesgá‡ ‡ndol‡o todo, obra, conceptos, vida. Hans, este destino
es duro, pero yo no lo cambio por ninguno, porque cada día voy madurando
más, en todo,‡ hasta en mi idea del amor. Siento que mi obra tiene sentido,
que se hace coherente dentro de un contexto, func‡ional, que con ella estoy
fundando algo que todavía no tiene forma definida. Leo y yo hemos hablado
mucho en estos días, nuestra amistad se ha fortalecido mucho, yo voy a su
casa y allí conversamos porque él está solo y un poco perturbado con lo
de su mujer-caso.* Leo es muy inteligente y opinamos de modo muy parecido
a pesar de que sabes muy bien que no somos idénticos.* Sin embargo creo
que la amistad contigo lo ha humanizado mucho, la[sic]‡ ha hecho comprender
muchas cosas directamente; Leo ha constat‡ad‡o cosas. Él siente‡ tambien[sic]‡
que su obra aquí tiene una importancia, a reservas de que se escuche o no.

No hablo de la obra publicada o demostrada‡. Sino eso que uno escribe por
verdadera necesidad y que luego tiene su destino, cualquiera que pueda ser.

Algún día seremos mejor comprendidos. Hoy todavía no. El hombre está en la
luna,* el laser hace milagros,* pero la moral sigue estancada, es una puta
vieja que no quiere morir y somos nosotros los que le tenemos que entrar
a palos diariamente. Ese es nuestro rol principal. La moral en toda sus
dimensiones. Que contradicción, verdad? La ciencia en una car‡rera ganada
y la moral atrás como una tortuga miserable. Yo quiero luchar por mis ideas
porque sé, estoy convencido que son nobles y constructivas. Jamás he pensa-
do en utilizar mi obra para un prestigio personal si no para el conocimien-
to cabal de mi país y su transformación. Un poco mi afán es el de contri-
buir ha crear una historia, una tradición, partiendo‡ de ideas nuevas y de
elementos intrínsecos, nacionales. Ese es mi objetivo. Podré hacerme mil
autocríticas, mi conducta no siempre ha sidola más comprensiva, he sido
quizá algo burgués, pero mi obra nunca ha sido hecha para fines personales.

De esto hemos hablado y yo he apre ndido[sic]‡ de ti mucho. Porque creo que eres
un revolucionario hone sto[sic]‡, desasido, y no un viejo burgués como dic‡es .[sic]‡ *
Sólo que a veces las circunstancias nos llevan a extremos y entonces apa-
recen ciertos resabios Pero se superan. Yo creo firmemente en ti, en tu
condición humana y revolucionaria. Eres un hombre de izquierda. Y un artista
moderno. No eres, mi querido Hans, ningúna lacra de la vieja sociedad.
Pero las circunstancias nos precipitan a la falta, al error. Y luego el
arrepentimiento es más doloroso que el móvil que nos llevó a caer en el
error. El arrepentimiento hay que asumirlo también con decoro y con valor.

(3)
Es otra prueba de fuego. Otra actitud revolu cionaria[sic]‡. Lo único que no
podemos hacer es q‡uedarnos en casa y retirarnos del mundo por una des‡ilusión,
o un error. Eso sería demasiado egoiísta[sic]‡ de nuestra parte. Quizá hasta un
poco vanidoso. Porque la lucha es de todos.La[sic]‡ revolución es de todos los
hombres nobles y honestos. A la larga quedaremos pocos de los que empezamos
unidos. Porque en el camino caen los farsantes y descreídos, los debiles[sic]‡ e
impotentes, eunucos vulgares. Frente a ellos q‡ue nos engañan, que nos traicio-
nan, jugando con nuestros s‡entimientos y valiendose[sic]‡ de nuestra obra artística
responderemos con firmeza y modestia revolucionarias. Por enci ma[sic]‡ de todo
queremos cambiar el mundo porque está ya podrido y feo. Y si Cuba es un
sitio donde existe esa posibilidad, no abandonarla nunca es la actitud. Ni
aún cuando nuestros pequeños intereses se puedan ver lesionados.

Todo‡ ox‡ a la distancia se ve más pronunciado, más gigante. Las cosas se vuel-
ven mon‡struosas. Yo entiendo tu inquietud y tu desconcierto. Entiendo que
hayas firmado una carta, la primera q‡uiero decir, donde muestras tu duda
frente a un hecho cuyas causas desconoces. Pero las cosas están aclaradas.*

La revolución ha sido generosa y magnánima con gentes que consciente e incons-
c entemente[sic]‡ le han querido hacer daño. Nosotros hemos hablado algo sobre la
conducta de Heberto en Cuba, ¿Te acuerdas? Pues bien, la revoluci ón[sic]‡ demostró
que había resultado dañina. Él se arrepintió sinceramente. En su tono, en
su lenguaje que no es moderado sino lleno de pasión y de pala bras[sic]‡. Es una
cuestión de gusto, de estilo. Yo no hablo así, no escr‡ibo así. Pero ese
lenguaje en Europa ha sido mal interpretado. Muchos han dicho que fue tortu-
rado. Eso es absolutamente falso y denigrador. Él es así, barroco, desgarrado.
Tr‡atemos de entenderle. Y de entender a la Revolución.

No hay paraiso‡s en este mundo. Pero todos sabemos que infierno sí hay. Es
el capitalismo imperialista, en América Latina, en Vietnam…*

Contra eso hay que luchar a brazo partido. Lo demás es secundario. Cuba
se ha propuesto a‡biertamente, desde el campo de la cultura luchar contra
el colonialismo colonialxxxxxxxx‡, yo veo que es la forma más inmediata y‡‡ idónea que
tenemos los artistas de luchar cuando no tenemos fusiles, cuando no somos
soldados. Toda mi obra es eso. Entonces yo no tengo otro‡ camino qu‡e Cuba,
asu‡mir mi historia, con sus lados malos y sus lados buenos. Y tú sabes que
para mí la lucha, como para tí[sic]‡, es más difícil. En lo personal ,[sic]‡ todav‡ía
no somos comprendidos, y hay quienes nos rechazan. Pero nosotros somos más
fuertes porque estamos convencidos, ¿no es así? Entonces a girar en el tonel
como Diogenes[sic]‡, pero girar convencidos, con argumentos y con nuestra verdad.*

No importa que le den patadas al tonel, que le entren a hachazos, nosotros
persistimos siempre. Si a alguien le he escuchado ideas positivas y progr‡e-
sistas es a ti, si con alguien me he identificado plenamente es contigo.

Entonces no concibo que tú‡ ‡ estés allá y yo aquí, no, estamos los dos por lo
mismo, olvídate de las llamadas telefónicas, de las carticas, de los que te
quieren utilizar. Ellos son resentidos, muchos, quiero decir. Piensa más
en tu realización artís‡tica y en su utilidad. Yo te aseguro que p ocas[sic]‡ obras
musicales son tan desalienantes, tan necesarias para la libertad del hombre
como tu Cimarrón. En cada nota, en cada cuerda de la guitarra, en cada matiz
de la voz increíble de Pearson he sentido lo que inspiró mi libro, ese inmenso
afán de gr-itarle[sic]‡ al mundo un canto de amor, de libertad, y de desalienación.

(4)
Yo le decía a Leo que aunque no soy un músico yo entendía muy bi‡en cada
nota de esas partituras porque sabía qué las había mov‡ido, cuántas verda-
des interiores, c‡uantos[sic]‡ deseos, cuant‡as[sic]‡ ambiciones. Y no solo cuando Pe‡ar-
son cantaba, sino cuando Leo tocaba la guitarra, cuando ese japonés ,[sic]‡ q‡ue
parece una panterita, ejecutaba sacando todos los misterios del mundo,
queriendo exponerlos al hombre total. Qué[sic]‡ puedo decirte de la parte dedicada
a la amistad?‡ Friendl‡iness‡ * es maravillosa, solidaria, un gran abrazo
que me llegó de lejos a mí, a Esteban, a Rogelio, a Nancy, a Enrique, a
Leo,* a todos Hans, yo soy muy sentimental. Para mí Cimarrón es una obra
en común, tan en común que yo creo que si hu‡biera sido músico la h ubiera[sic]‡
escrito igual. Quie‡ro hablarte más de eso que de nada. Porque decirte que
el son de las mujeres* es extraordinario,‡ con esa flauta final que me recuer-
da tantas cosas, tantos bailes populares, tantas sensaciones eróticas.

Una vez yo ,‡ escuchaba un son convencional y me imaginaba, ‡me imagaba‡
en música lo que yo hubiera hecho con él para un gran ballet. Y ahora lo
veo plasmado en tu son. Leo y yo hemos escuchado Cimarrón sentados en el
suelo de su casa con la partitura que es un jeroglifíco[sic]‡ tremendo y él me
ha enseñado paso a paso toda la música.* Yo quedé maravillado. Aquí todos
los amigos están encantados con la música, los más entusiastas son Rogelio
Martínez Furé que la ha oído seis veces en mi casa, Carmen Valdés, Harold,
y‡ mi pequeño círculo,‡que[sic]‡ como tú sabes te quiere y admira tanto.

Bueno Hans ,‡ yo no puedo hablarte tecnicamente[sic]‡ de Cimarrón. Ah, olvidab‡a
decirte que la parte The machines‡ * es verdaderamente fantástica. Has logra-
do todo el caótico y desesperante escándalo del progreso técnico en medio
del gran atraso moral. Es, para mí, como un canto y una queja. ¿No c‡rees?
Muchas máquinas, muchos ruidos, pero y el hombre qué? Magnífico.‡ ‡
En los próximos días vamos a escuchar la obra en casa de Leo con un gru-
po de amigos que áún[sic]‡ no la han escuchado como Héctor Angelo[sic]‡ , Berroa, y
algunos escritores. ‡ (I am sorry, Héctor Angelo[sic]‡ , heard it twice. Really, he’s turned crazy.)
He says its the ¡most most most ..!! of all. ‡ ‡

Me alegra que estés escribiendo para violín, un nuevo concierto *. Pero
no sé por qué me parece que debías hacer otros experimentos más en el
recital operático.* La gente necesita que se le digan cosas, habladas
o cantadas y eso tú lo puedes hacer muy eficazmente.

Se que no fuiste a EE.UU. por Angela Davis.* Muy bien hecho. Aquí están
creando un fuerte movimiento en su favor. Yo voy a escribir un poema
de ocasión para Angela.* Me hablas del‡ estreno de Rachel en RDA.* No one
knows if I coul‡d be there. ¡Ojalá! Estoy loco por verte, por hablar
contigo. Y yo preferíría[sic]‡ sinceramente, que fuera en Cuba. Aunque tambien[sic]‡
me gustaría viajar. Pero en estas circun‡stancias prefiero verte aquí.
Mandame[sic]‡ la traducción española de Cimarrón cuando la tengas.* Para ense-
nseñarsela[sic]‡ a Berroa. El dió[sic]‡ un recital de canciones con poemas míos. Y quedó
muy bien. Cantó una joven muy dúctil ‡ e‡ in‡teligente que se llama Alina.*
No nos olvides, Hans. La distancia es terrible, lo sé. Pero estamos
siempre aquí, los mismos, con mayores sentimientos cada día hacía tí[sic]‡.
Pronto te mandaré nuevos poema míos, fábulas y quizá el texto que es-
cribí, un largo poema llama-do[sic]‡ Claves para Rita Montaner‡.* Trata de venir.

Yo nada puedo hacer ahora. Todo depende de ti.

Por la revolución que es más grande que nos,‡ y por nos.‡ tambien[sic]‡,

Miguel
[Figure: ]

Chao[sic]‡, Fausto, pon mucho animo en Hans.
Y acuerdáte siempre de tu amigo Miguel y gracias mil por los discos. "¡Io vivro[sic]‡ senza te!" ‡ *

[Figure: ]

¡Come back!

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